El otro día un servidor tuvo el placer de sentarse al lado de dos músicos con nociones de ingeniería de sonido. Estaban discutiendo acaloradamente si el Shure Beta58 estaba sobrevalorado o bastaba con usar SM58 en su concierto y ensayos. Más allá de lo divertido que resultaba verlos pelear sobre el tema, ¿realmente iban por el buen camino?
Es curioso cómo exigimos la máxima calidad a ciertas cosas y nos olvidamos de las más importantes. A continuación, escribimos una lista, en orden inverso, de aquellas cosas en las que acostumbra a ahorrar la gente montando un concierto y en las que no deberían.
- Cableado: Ese sonido blanco constante, esa mala conexión, pitidos… ¿quieres que desaparezcan? Invierte en buenos cables, ¡que son las venas del concierto!
- Mesa de mezclas: Con que tenga los canales suficientes, me basta, ¿verdad? ¡en absoluto! Los previos de la mesa de mezclas determinan la calidad del sonido que se amplifica a través de los micrófonos. Determinan la calidad de los efectos que se aplican, y las buenas mesas de mezclas pueden servir para reducir acoples en el escenario. Una buena mesa de mezclas es el mejor amigo para gestionar un grupo malo.
- Altavoces: Da igual lo bueno que sean los instrumentos. Da igual lo caros que sean los micrófonos, o lo bonitos que sean los pantalones de la guitarrista. Si la mezcla suena distorsionada a través de unos altavoces baratos, el público se irá a acabar su fiesta a otro lugar. Mala amplificación es uno de los motivos que se mencionan para explicar que los Beatles dejasen de tocar en directo.
- Sistema de monitoraje: Basta con que alguien mire un presupuesto de sonorización de un concierto y te pregunte por qué “pides pantallas de ordenador y porqué son tan caras” para darse cuenta de que es su primera vez organizando un concierto. Para qué un músico no desafine, pierda el ritmo o esté cantando otra canción que el resto del grupo, es extremadamente importante que pueda oír lo que está haciendo. Para esos sirven esos altavoces que enfocan al músico. Y no nos dimos cuenta de su importancia hasta 1961, en un concierto de Judy Garland, cuando se introdujeron por primera vez. Usarlos bien requiere su arte, y en eso te ayudarán los que vienen a continuación.
- Técnico/a de Sonido: Los/as héroes del sonido. Se han convertido injustamente en una figura desprestigiada, pero más vale material malo y técnico bueno que al revés. El mejor técnico será capaz de arreglar el concierto más complicado. Así que, músicos, dejaos de mirar el ombligo y llevadle una cervecita a esa gran persona que está detrás de la mesa de mezclas. Se lo merece.